Saber escuchar es un don muy preciado, pero que no todo el mundo posee.
En muchas ocasiones no se logra estar 100% presente en una conversación, porque se está distraído con un elemento externo o porque estás pensando en otras cosas.
Además, la comunicación oral, en ocasiones, dificulta la comprensión de la otra persona. Por ejemplo, si no encuentras palabras para expresarte, si se perdió el hilo del contexto, el entorno… En definitiva, esto pasa por diferentes momentos.
Ante esto, lo primero que puedes hacer es tener una buena predisposición ante la charla que tienes por delante, ya sea en el trabajo o entre amigos y familiares.
En toda situación es importante la escucha activa, pero aún más cuando requiere de empatía hacia otros.
En un ambiente de organización, saber escuchar hace que las personas trabajadoras se sientan más respaldados por sus superiores y con ello, que afronten mejor las tareas a realizar.
Incluso cuando la relación con la persona con la que se mantiene la conversación no es buena, se consigue llegar a un mejor punto cuando se respetan los turnos de palabra y cuando todos los interlocutores tienen un espacio para expresarse sea cual sea su posición respecto al tema.
Por ello, el canal de TED Education recopiló los mejores consejos para estar más presente en una conversación y con ello, aprender a escuchar:
1. Aparta de tu vista cualquier distracción, sobre todo de tu celular
Es de mala educación tomar el teléfono celular en mitad de una conversación y es desagradable para la otra persona, porque parece que no te interesa lo que está contando, que tienes algo más importante que hacer.
Incluso si es para darle la vuelta o ponerlo en silencio, lo mejor es que lo hagas previamente.
No lo pongas encima de la mesa, es mejor que esté en tu bolsillo y lo saques solo cuando sea imprescindible.
2. Intenta no interrumpir al interlocutor y aprovecha el final de un discurso para intervenir
Tener dudas, preguntar e intervenir es bueno porque hace que la conversación sea fluida, pero si lo haces interrumpiendo constantemente puede que se pierda el hilo, incluso que la otra persona se sienta algo agobiada o crea que no puede expresar todo lo que quiere por tu impaciencia.
Lo mejor es esperar a esos espacios que se crean en la charla para aclarar y preguntar lo que necesites o aportar ideas.
Si es un tema personal y puedes centrarte en los sentimientos del interlocutor y no solo en detalles curiosos, seguro que lo agradecerá.
3. Céntrate en el momento presente e involúcrate en la conversación
Hacer ver a la persona que su discurso te interesa que es importante para ti puede ir desde el lenguaje no verbal, asintiendo o apoyándole con gestos afectivos, hasta preguntándole detalles que no sepas de la historia para poder entenderle mejor.
Si por lo que sea te has distraído un momento y has desconectado, ¡díselo a la persona!
Es mejor volver a conectar con la conversación que sentirte avergonzado.
4. No le tengas miedo a los silencios
En ocasiones, los silencios pueden parecer horribles y que duran más de lo que te gustaría, pero realmente son necesarios en un conversación.
Son imprescindibles para poder procesar la información, aportar opiniones de calidad y poner analizar bien la charla, para escuchar de manera más puntiaguda.
Una conversación pausada puede ser mucho más profunda y reflexiva y es un claro síntoma de confianza e intimidad.
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