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#RecluTips sobre liderazgo de equipos en 2022

Tip 1. Empatía en un mundo híbrido

La empatía es la base del entendimiento y el respeto por las personas. Combinada con la asertividad se convierte en una cualidad que todo líder debe entrenar. Pero, ¿se puede aprender la empatía? Aunque algunas personas son más empáticas que otras, la respuesta en pocas palabras es que sí, ya que con práctica y con la motivación para perseverar se puede mejorar.

¿Qué tres aspectos pueden ayudarte?

  1. Escuchar de forma activa: Hay que estar 100% presente cuando se habla con los demás. No vale estar en una reunión, haciendo otras tareas con el ordenador, con el móvil en la mano o demostrando poco interés en lo que nos cuenta nuestro colega. Por tanto, elimina las distracciones, presta atención a su lenguaje corporal y concéntrate en lo que está diciendo, en lugar de estar pensando en lo que vas a responderle.

  2. Sé curioso: Nunca des nada por sentado. Pregunta siempre y utiliza preguntas que den pie a conversar, es decir, preguntas que no lleven implícitas ciertas respuestas. Indaga sobre gustos, hobbies. Cualquier aspecto que rompa el hielo o cree nexos en común ayudará mucho sin duda.

  3. No actúes siempre: Comparte algunas de tus creencias y experiencias vitales más importantes. Muéstrate accesible, ya que, sin duda, acortarás distancias.

Tip 2. Equilibrio entre lo importante y lo urgente

El ser humano está diseñado para responder primero a aquello que le cuesta menos esfuerzo, pero, en general, el abuso de ciertos canales de comunicación (como el correo electrónico) generan una presión añadida ante la necesidad de realizar las tareas sin saber distinguir cuáles son las de más valor, ya que nos infoxicamos.

Si partimos de que el conocimiento es una fuente de ventaja competitiva (porque va unida a la velocidad en la resolución de los retos) y aceptamos que la realización de proyectos de calidad requiere huir de la simultaneidad de tareas de proyectos distintos de forma constante ya que disminuye la productividad, la atención y el pensamiento lateral o creativo en la búsqueda de soluciones a los retos, podemos concluir que la forma de trabajar de muchas organizaciones no ayuda.

La presión de tener que responder a los correos electrónicos en cuanto llegan a la bandeja de entrada, y más si son de un superior y, al mismo tiempo, tener que realizar tareas urgentes como preparar presentaciones creativas de alta calidad es una tensión que siente todo líder. El resultado es que muchos de nosotros pasamos la mayor parte de nuestro tiempo persiguiendo tareas urgentes en lugar de hacer nuestro trabajo más valioso, lo que puede ser tanto desmotivador como contraproducente para rendir al máximo y ampliar nuestras habilidades.

Aquí, os dejamos tres sencillos pasos que podemos adoptar para ayudar ante esta situación:

  1. Una reunión semanal de no más de 20 – 30 minutos donde reflejemos todas las tareas actuales y futuras. Si las organizamos en términos de urgencia e importancia, facilitaremos la labor entre los miembros del equipo, ya que muchas tareas pueden estar conectadas entre sí.

  2. Reserva un tiempo fijo cada día para las tareas importantes. Lo óptimo es que sean consecutivas. Dentro de esas tareas, no incluyas más de dos proyectos simultáneos o tu tiempo será muy poco productivo.

  3. Organiza tu tiempo y no te distraigas. Márcate un plan y parte de que ese espacio es inamovible al 99% (salvo causa de fuerza mayor). Nada de móviles ni conversaciones ni interrupciones.

Tip 3. Resiliencia, abraza el cambio. Sé tu mismo

El COVID sigue aún presente y es una incógnita cuando “normalizaremos” la convivencia con el virus. Es por eso que vivimos en una “nueva normalidad” marcada por las olas, las restricciones y los cambios constantes. Como líderes, eso significa que tenemos que seguir siendo flexibles, líquidos y capaces de vivir en la incertidumbre.

¿Qué tres aspectos pueden ayudar a lidiar con esto?

  1. Cuídate: Vigila tu salud física. Sentirte bien ayuda en todo lo que hacemos. Por tanto, toca hacer deporte, comer adecuadamente y, sobre todo, no obsesionarse. Hay que adaptarse.

  2. No pierdas tu sello de identidad: Estás aquí gracias a tu esfuerzo y tu forma de ser. Es por eso que no puedes renunciar a tu identidad y convertirte en algo que no quieres ser, como un adicto al trabajo o una persona que se asusta por todo. Mantén el equilibrio.

  3. Cuida tu entorno más cercano: En esta época, el sentido de pertenencia cobra mucha importancia. Mantente conectado a las personas y los lugares que más te importan (familia, amigos y organizaciones importantes).

Por tanto, date espacio, pero también deja ese espacio para que tus equipos puedan reconectar y descansar. Tenemos que ser capaces de trabajar mediante un ritmo sostenible y comprometernos a ir más allá de la seguridad psicológica para dar a nuestros compañeros de trabajo un sentido de pertenencia en la organización. Todo esto, pasa por la construcción de una cultura de aprendizaje de la compañía que fomente estas prácticas.


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