En los tiempos que corren, muchas familias se ven con dificultades para llegar a fin de mes y, como consecuencia, a algunas se les hace imposible cubrir ciertos gastos o, en última instancia, ahorrar. Para hacer frente a esta situación debemos centrarnos en tener una buena salud financiera, la cual podemos conseguir siguiendo estas pautas (aunque también dependerá de cada caso en particular).
Planifica cada mes El primer paso es poner el foco sobre nuestras finanzas personales, observar nuestros gastos e ingresos de cerca y realizar un presupuesto reflejando cuánto dinero disponemos y a que irá destinado el mes en cuestión.
Fíjate objetivos
Una vez hecha la planificación es recomendable fijar objetivos, siempre que sean realistas y asumibles a corto y largo plazo. Al hacerlo, somos conscientes de los pasos, de las decisiones y de las prioridades que debemos dar para la consecución de los mismos.
Disfruta de planes gratuitos
Muchas personas destinan gran parte de sus ingresos al ocio pero, frente a planes que pueden suponer un gran desembolso, se puede acudir a exposiciones y actividades gratuitas, hacer paseos por el parque o la playa, quedar para jugar a juegos de mesa...
Revisa facturas
Analizar regularmente las facturas de suministros como luz, agua o telefonía nos permitirá saber si tenemos contratada la mejor opción y de ahí podremos optimizar el gasto destinado a las mimas.
Esquiva las compras impulsivas
Imagínate que ves un producto, te gusta y lo compras. En principio no debería pasar nada, pero ¿qué sucedería si siempre hiciéramos caso a ese impulso? Probablemente nos arruinaríamos. Por ello, antes de realizar una compra de algo prescindible conviene meditar si realmente vale la pena o no.
Evita gastos innecesarios Controla aquellos gastos que no aporten valor real, atendiendo sobre todo a los pequeños importes que, en su conjunto, pueden agujerear de forma considerable tu bolsillo, como los gastos hormiga o vampiro.
Aumenta los ingresos Buscar nuevos ingresos, ya sea vendiendo cosas que no utilizamos o tratando de explotar alguna virtud que podamos tener y podamos monetizar, nos permitirá tener un dinero extra. Aunque sea una pequeña cantidad todo suma.
Lleva un estilo de vida viable Darse algún que otro capricho de vez en cuando está bien, pero no debemos excedernos y llevar un estilo de vida que no nos podemos permitir (como ir a cenar cada semana a un sitio caro, realizar viajes de lujo, etc.), puesto que al final gastaremos por encima de nuestras posibilidades.
Separa una parte de los ingresos
Nada más recibir la nómina o cualquier otro ingreso es conveniente separar una parte a otra cuenta con el objetivo de ir ahorrando cada mes un porcentaje. Así se irá creando poco a poco un colchón financiero al que acudir en caso de necesidad o ahorrar para algo concreto.
Amortiza deudas pendientes Reducir las deudas al máximo cada vez que se pueda nos ayudará a no acumularla en el tiempo y, de este modo, cada mes tendremos menos que amortizar y más dinero para ahorrar.
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