Las lecciones aprendidas en el confinamiento y factores como; el peso emocional del trabajo, el grado de responsabilidad, y las posibilidades en el mercado laboral, han llevado a que la implementación de estilos de trabajo saludables cobre cada vez mayor importancia.
Según el ranking de prioridades 2022 de tendencias de LinkedIn, durante los próximos años los desafíos para las áreas de talento humano estarán relacionados con la experiencia del empleado en términos de felicidad y bienestar, la educación de los colaboradores y la diversidad e inclusión.
Hoy en día, algunas empresas están generando políticas y estrategias sostenibles para los estilos de trabajo saludables, por ejemplo:
- Evaluar la experiencia durante el confinamiento. - Cumplir las normas en el SGRL (Sistema General de Riesgos Laborales). - Definir la modalidad del trabajo a seguir de acuerdo con el balance entre la productividad y el bienestar. - Generar calidez en el reingreso de los trabajadores.
Según el directivo de Positiva, a la hora de construir un estilo de vida saludable se deben contemplar tres aspectos:
Salud emocional: es cotidiano hablar o escuchar sobre ansiedad, angustia, temor, irritabilidad, insomnio, impotencia, estrés, lo importante es tener la capacidad de controlarlas o regularlas, debemos entender lo que nos pasa, ser pacientes y hacer del autocontrol una disciplina.
Salud relacional: Sin duda, seremos más felices, si nuestros vínculos afectivos son fuertes y podemos contar con nuestra red de amigos, nos sentimos bien cuando los demás expresan su afecto hacia nosotros, aportando a nuestra salud mental más allá de lo que podamos imaginar.
Salud física: saber qué nos gusta hacer o qué actividad disfrutamos más es importante, pues el cuerpo hace un llamado a la acción. Lo mismo aplica para la forma en la que nos alimentamos, se trata de encontrar un balance que nos beneficie físicamente y que nos haga sentir bien.
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