Los factores externos y las situaciones nuevas a las que nos tenemos que adaptar son los elementos que más afectan al rendimiento laboral, tal y como describe Beatriz Gil, psicóloga de El Prado Psicólogos. “En situaciones normales, un cambio de jefe, de horario o de metodología de trabajo también puede afectar de manera temporal a nuestro rendimiento. Por otro lado, lidiar con la incertidumbre o con pensamientos ansiosos sobre qué pasará o qué será de mi situación, también puede hacer que nuestra actividad se vea considerablemente reducida”, explica esta experta.
Ante estas situaciones, ¿cómo conseguir ser más productivos en el trabajo? En términos generales, Gil advierte que es imposible estar siempre motivados al cien por cien debido a lo difícil que resulta la conciliación familiar y “lo primero es marcar los límites de la forma más clara posible para no saturarnos”. Por su parte, Elena Cocho, psicóloga, coach laboral y terapeuta Gestalt, aconseja conseguir un balance adecuado entre la capacidad técnica y la motivación hacía nuestro trabajo. "Desarrollar al máximo nuestra aptitud y nuestra actitud. No solo tener la capacidad para hacer las tareas, sino tener una buena actitud”, añade Cocho.
Además, Cocho pone de manifiesto que la procrastinación influye negativamente en el rendimiento laboral. “Hay personas que suelen posponer las tareas que menos les gustan justificándose que tienen mucho trabajo, pero en cuanto cuestionas un poco el por qué posponen dicha tarea y no otra, aparece el verdadero motivo, que suele ser: no me gusta, me asusta, me hace sentir poco capaz…”, detalla.
A continuación, estas especialistas comparten una serie de consejos para aumentar la productividad en el puesto de trabajo:
Planificación “Es muy común cometer el error de querer llegar a todo o querer resolver muchas cosas al mismo tiempo, y es ahí cuando tendemos a colapsarnos o a tener la sensación de no rendir lo suficiente. Por ello, hay que marcarse una lista de tareas en función de su prioridad para poder ajustarlas lo mejor posible al tiempo del que disponemos”, subraya Gil. A su juicio, esta planificación semanal y/o diaria es clave para aumentar el rendimiento laboral.
Marcar un horario de trabajo En relación con el punto anterior, Gil comenta que si no tienes un horario de trabajo asignado, debes marcarlo. “En él deben incluirse los descansos y las horas de trabajo tienen que ser realistas para que puedas rendir lo máximo posible sin distracciones”, apunta. A su juicio, tanto los momentos de actividad como de descanso tienen que estar bien delimitados y cada tiempo dedicarlo a lo que procede ya sea ocio o trabajo.
Descansos Para Cocho cada persona tiene la capacidad de autorregularse y esto es más eficaz que establecer un patrón fijo. “Los trabajadores necesitan poder leer su cuerpo y poder parar cuando sientan una alerta corporal, por ejemplo, tensión en el cuerpo, en ese momento, paro, respiro, y, hago unos estiramientos de las cervicales. Otro marcador corporal puede ser la opresión en el pecho, entonces podría parar y hacer algún ejercicio de bioenergética para masajear el diafragma o hacer tres respiraciones profundas presentando atención a la respiración”, apunta Cocho. Al respecto, Gil propone que los tiempos de descanso estén incluidos en la planificación semanal y dependerán en parte del tipo de trabajo. Para las personas que trabajan en casa, esta psicóloga propone “descansos cortos de entre 5 o 10 minutos para levantarte de la silla, ir al baño, prepárate un café, almorzar/merendar… o puedes partir la mañana y la tarde en dos y hacer un descanso más largo de 15 a 20 minutos”.
Mejorar la actitud Según Cocho, como trabajadores podemos llevar a cabo las siguientes acciones para mejorar nuestra actitud y, por tanto, incrementar el rendimiento laboral: -Pertenecer a una empresa con la que compartamos valores, los cuáles sean reconocidos socialmente, y sentir que la organización invierte en nuestra formación y desarrollo profesional. -Sentir que formamos parte del proyecto (objetivos claros, sentirnos escuchados, partícipes de la toma de decisiones, etc.). -Tener claro lo que se espera de cada uno como trabajador (metas y objetivos) y estar motivamos con la actividad que realizamos.
Aumentar la motivación “La motivación es algo sobre lo que se puede trabajar, si bien, son necesarios unos requisitos previos como seguridad en el trabajo, salario suficiente para cubrir las necesidades básicas… si no, es complicado trabajar la motivación laboral”, advierte Cocho. En su opinión, todos los trabajos juegan un papel en la sociedad y es necesario que sean reconocidos. Por otra parte, Gil comenta que para mantener la motivación en el trabajo es necesario hacer un balance de ventajas y desventajas sobre por qué seguimos en nuestro puesto para poder focalizarse mejor en lo positivo. “Cuando estamos desmotivados, solemos observar con más peso la parte de contras y esto, lejos de ayudarnos a tomar decisiones, nos mantiene en la desmotivación”, matiza.
Distribuir las comidas A veces, después de comer nos entra sueño o nos cuesta mucho movernos porque la digestión requiere gran parte de energía, tal y como recuerda Gil. En su experiencia, al planificar nuestro día, “lo más importante es no saltarse comidas, que nuestro cerebro tenga unos niveles de azúcar adecuados para poder funcionar correctamente e ingerir alimentos que nos aporten energía para poder hacer frente a la jornada laboral”. Por ello, Gil sugiere hacer cinco comidas al día para mantener estos niveles y evitar una ingesta muy copiosa en la comida para no sentir sensación de hambre durante la tarde.
Evitar elementos de distracción “Es fundamental que tomemos medidas en aquellos de los distractores que se puedan evitar o modificar con mayor facilidad, por ejemplo, si no estás utilizando el móvil durante la jornada laboral, ponerlo en modo avión o dejarlo en otra habitación (cuando se trabaja desde casa)”, indica Gil. En su opinión, las distracciones pueden aumentar cuando se teletrabaja debido a la presencia de niños o mayores en casa y/o la posibilidad de que venga gente de fuera. Otros factores que actúan como distractores según Gil son las charlas con los compañeros de trabajo e incluso el mal ambiente laboral.
Atención plena, clave para mantener la concentración
“Lo que nos hace ser más eficientes en cualquier actividad es estar plenamente concentrados y, para ello, lo que más nos ayuda es la atención plena. Cuando tenemos atención plena podemos atender a los detalles sin perder el foco en el objetivo”, explica Cocho. Para conseguir ese estado atención plena, esta experta recomienda:
Concentración en tareas secuenciales. “No tratar de hacer dos cosas al mismo tiempo. Cuando tenemos una actividad muy automatizada nos creemos que podemos hacer varias tareas al mismo tiempo y ahí es donde cometemos errores o, algo más grave, nos suceden accidentes”, subraya Cocho.
Establecer descansos. “La mente es rebelde y tenemos que educarla. Podemos decirle a la mente: vas a estar concentrada en esta tarea 30 minutos. Tratar de estar concentrados tres horas es más complicado que estar concentrados 30 minutos”, apunta.
Hacer del trabajo un acto meditativo. “Creemos que solo podemos meditar sentados en un cojín y no es cierto. Cuando aprendemos a estar en lo que estamos, también estamos meditando, aunque es otra forma de meditar”, comenta.
Sentirnos cómodos en el trabajo. “Necesitamos un ambiente y unas condiciones ergonómicas para poder trabajar bien”, señala Cocho y detalla: “Si hay mucho ruido de ambiente la amígdala se nos inflamará y eso nos hará sentirnos más ansiosos y, por tanto, disminuirá nuestra concentración. Si estamos más pendientes de lo incómoda que es la silla en la que estamos sentados, bajará nuestra concentración”.
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