Todo el mundo desea ser más feliz en su vida. Lo hemos podido comprobar durante la pandemia, en la que cada persona ha tratado de buscar el bienestar y la alegría a pesar de los miedos y la ansiedad.
Pero en ocasiones pensamos que debemos buscar la felicidad en cosas materiales o grandes objetivos. Cuando lo cierto es que podemos ser felices con cosas que tenemos al alcance de nuestras manos.
Esta receta de la felicidad propuesta por expertos en salud de la Universidad de Harvard combina tres estrategias físicas y emocionales. Ponlas a prueba durante una semana y empezarás a notar sus efectos en tu bienestar.
Sal y mantente activo
El aire fresco y el ejercicio son una combinación perfecta para levantar el ánimo. Salir a pasear ya es por sí un buen ejercicio para realizar de forma regular. Caminar una media hora al día puede ayudar a mejorar tanto la salud como nuestro estado de ánimo.
Caminado, en bicicleta o correr liberan hormonas estimulantes del estado de ánimo que pueden reducir el estrés y conferir una sensación de bienestar. Es así porqué al realizar estas actividades estamos liberando serotonina, la hormona de la felicidad.
Con solo 90 minutos a la semana de actividad se producen mejoras en el estado de ánimo similares a las de un antidepresivo. Pero si no podemos dedicarle tanto tiempo, podemos empezar con pequeños paseos diarios.
Aprecia los pequeños placeres diarios
Puede sonar a tópico, pero apreciar los pequeños placeres diarios contribuye a hacernos más felices. Varios estudios demuestran que tomarse el tiempo para apreciar estos momentos especiales influyen en el bienestar.
Por pequeños placeres se entienden pequeñas acciones como regar las plantas, tomar el sol en el balcón, disfrutar de una taza de té o dedicar un rato a la lectura, por ejemplo. También organizar pequeñas celebraciones, como por ejemplo cuando hemos entregado un proyecto, son acciones que refuerzan nuestro bienestar emocional.
Limita tus decisiones
Reducir la cantidad de opciones en nuestra vida puede conducirnos a un mayor bienestar. Pues está demostrado que tener muchas alternativas para elegir genera preocupación, miedo a equivocarse e incluso frustración. De hecho, los psicológicos han comprobado que as personas que tienen más opciones tienen más oportunidades de arrepentirse.
El hecho de no tener que decidir entre muchas opciones nos puede dar sensación de liberación. Además, ahorraremos el tiempo y la energía invertidos en la toma de decisiones.
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