Cecilia Mansilla, experta en liderazgo y desarrollo personal e instructora de Udemy, comparte las siguientes recomendaciones para ser un buen líder en los primeros cien días en un nuevo rol.
Para ejercer un buen liderazgo se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
Determinación: la actitud es lo más importante, ya se logró el objetivo de llegar al puesto, ahora es continuar con fuerza y seguridad.
Visión y propósito claros: tener claridad de a dónde se quiere llegar como persona y como equipo en la compañía será básico para lograr los objetivos.
Comunicación efectiva: es la capacidad de compartir ideas e información de forma clara y directa.
Empatía y capacidad de escucha: comprender las emociones y necesidades de las demás personas, además de saber escuchar e interesarse por otros.
Establecimiento de metas y seguimiento: sentar objetivos y acompañar a tus colaboradores para que logren la consecución de los resultados esperados.
Desarrollo personal y de equipo: entender que el crecimiento propio como del equipo es clave para destacarse y llevar a cabo un trabajo de mayor impacto.
Adaptabilidad y aprendizaje continuo: tener la capacidad de adaptarse ante cualquier situación, así como ofrecer la oportunidad de brindar conocimiento y desarrollo de habilidades que puedan emplear en su día a día para mejorar su trabajo.
Con lo anterior en mente, ahora deberás poner manos a la obra y aplicarlos en los siguientes 100 días con base en tres etapas.
Etapa 1: Reconocimiento
Es fundamental reconocer y comprender el nuevo rol y sus obligaciones que traerá. Se debe reflexionar por qué decidiste asumir este puesto de liderazgo y qué expectativas tienes para el mismo.
Además, es importante establecer una visión y propósito claros para guiar tu liderazgo y tu estilo.
Durante esta etapa, tendrás que diseñar tu presentación personal y profesional para compartir con tu nuevo equipo, establecer expectativas claras y valores que guiarán tu actuar, así como reunirte con la persona a quien reportarás para definir objetivos y áreas de enfoque de tu trabajo.
Etapa 2: Construcción
Se trata de construir una base sólida para liderar y gestionar a tu equipo. Es importante analizar los roles y responsabilidades de cada miembro del equipo, identificar fortalezas y áreas de mejora, y establecer metas claras a nivel grupal y para cada persona.
Debes definir estrategias de contacto, apoyo y seguimiento, como reuniones recurrentes y compartir tu disponibilidad para ayudar a las personas integrantes de tu equipo. Durante esta etapa, también vas a identificar las necesidades de capacitación y desarrollo del equipo y buscar recursos y programas de formación adecuados.
Etapa 3: Adaptación
Deberás enfocarte en la adaptación continua y el crecimiento como líder. Esta es una etapa recurrente, la capacidad de adaptarse es una habilidad de poder que todas las personas que lideran deben demostrar. Crear una cultura continua de aprendizaje en el trabajo para garantizar oportunidades de desarrollo eficaz de las competencias.
Esta etapa implica realizar evaluaciones de desempeño y ofrecer retroalimentación individualizada a quienes integran el equipo, identificar áreas de mejora y establecer planes de desarrollo personalizados. También vamos a ver cómo promover un ambiente de trabajo saludable y equilibrado, así como establecer alianzas estratégicas con otros líderes o departamentos.
Por último y no menos importante, no olvides:
Conjuntar todos las habilidades arriba mencionadas, como determinación, visión, habilidades de comunicación, empatía y establecimiento de metas.
Ajusta tu estrategia según las necesidades y desafíos específicos de tu equipo y entorno laboral.
Sirve con confianza, humildad y capacidad para aprender de los errores.
Continúa refinando y perfeccionando tu liderazgo con adaptabilidad y aprendizaje continuo.
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