Por sus características particulares, Argentina es, desde hace ya varios años, tierra fértil para el nacimiento de emprendimientos y proyectos autogestionados. En ese sentido, vale la pena tomarse un momento para reflexionar sobre el impacto que el ecosistema emprendedor tiene actualmente en América Latina y en nuestro país y tener presente algunos consejos para aquellos que quieren iniciarse en este camino.
Como marco contextual, es relevante entender que Latinoamérica está viviendo un gran momento: es la región del mundo donde más startups han surgido en el último año y, a la vez, se ha convertido en el territorio más atractivo para las inversiones en capital emprendedor. Este crecimiento a pasos agigantados es muy importante para el ecosistema y más aún para la creación de empleo de calidad y la recuperación económica de la región.
En Argentina, la pandemia provocó el surgimiento de una gran variedad de PyMEs y emprendimientos potenciados por la digitalización y la adquisición de nuevas herramientas tecnológicas impulsadas por la coyuntura. Aún así, tomar la decisión de emprender en el contexto actual no es tarea fácil, pero es importante saber que tampoco es imposible.
Uno a uno, los 6 consejos desde una firma Unicornio que nació como Startup
Basada en la experiencia de la empresa en la que me desempeño, una compañía latinoamericana que dio sus primeros pasos como un emprendimiento, aquí comparto seis consejos para quienes quieren adentrarse en este mundo.
1) El puntapié inicial: la misión
Emprender con misión es la clave. Este camino presenta gratos momentos y a la vez dificultades, por lo tanto, tener definido el propósito de una compañía es fundamental para construir el camino y comenzar a transitarlo.
2) Un problema, una solución
Detectar una necesidad, analizar el mercado e identificar competidores es esencial. Basta preguntarse: “¿Cuál es esa característica diferencial que hace a mi proyecto distinto de otros? ¿De qué forma puede beneficiar o ayudar a mi público?”. Conocer la propuesta de valor y garantizar que sea única marca el norte de un emprendimiento.
Además, el mundo en el que vivimos está en constante movimiento y, en ese sentido, es indispensable que la propuesta sea dinámica y adaptable. Hay que perfeccionar el agregado de valor de forma constante, en línea con los aprendizajes del negocio que la experiencia permite adquirir.
3) Armar un buen equipo
Jim Collins, un reconocido consultor de negocios, planteó en una entrevista que “lo que convierte a una compañía o a un líder en los mejores es la capacidad de elegir a las personas correctas y colocarlas en el puesto indicado”. El equipo de trabajo detrás de un emprendimiento es decisivo. Vincularse con gente con visión, disruptiva, desafiante, que complemente y que sepa decir que no, permite que los proyectos crezcan y que surjan ideas superadoras.
4) El foco es el cliente
Una vez que se reconoce al público objetivo y sus deseos, el siguiente paso es repensar cómo es posible vincularse con él y cuáles son las vías de contacto a utilizar para estar cerca de ellos. No hay mejor embajador que un consumidor feliz.
5) Unidos somos más fuertes
Es más fácil llegar a la meta cuando el trayecto se hace en compañía. Ser emprendedor no significa hacer todo en soledad. Conectar con otros emprendedores que ofrecen servicios complementarios, que pueden ayudar a fortalecer la propuesta de valor y/o simplifiquen procesos, es fundamental para generar trabajo en red. Otra clave: participar en actividades de mentoreo.
6) Actitud emprendedora
Recordar permanentemente lo que el negocio fue en sus inicios. Por más que el emprendimiento crezca y los resultados comiencen a ser más visibles, no hay que perder de vista qué nuevos desafíos se pueden tomar y qué aspectos se pueden mejorar para seguir construyendo.
Astrid Mirkin, Gerente General para Rappi Argentina y Uruguay
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