La concentración es un factor crucial a la hora de realizar ciertas actividades. Por eso, uno de los mayores enemigos de la productividad es la falta este. Según la Real Academia de la Lengua Española, la concentración es “la acción y efecto de centrar intensamente la atención en algo”.
Las constantes reuniones, los compañeros que interrumpen sin necesidad, los mensajes de texto, las llamadas telefónicas y las distracciones de todo tipo disminuyen el rendimiento y hacen que se malgaste una gran cantidad de tiempo y energía, no solo en el trabajo, sino en cualquier actividad.
Por las razones mencionadas y con el fin de aclarar aspectos o circunstancias para potenciar la focalización, el portal Psicología y Mente recopiló algunas estrategias y técnicas que pueden ayudar a mejorar estas capacidades para la vida diaria:
Escribir con papel y bolígrafo
Actualmente la gente está acostumbrada a escribir las cosas en el teclado del computador, un método de escritura automático que permite muchas cosas positivas; sin embargo, no es lo mejor para la concentración ni para la memoria.
Al escribir a mano, el cerebro hará un esfuerzo superior para concentrarse y recordará más fácilmente los datos y apuntes que salgan de su mismo puño y letra.
“Una mejor concentración cuando redactamos las ideas será un apoyo para nuestra memoria a largo plazo, que será capaz de rescatar esos datos días e incluso semanas después”, según explica Lizette Borreli para Medical Daily.
Descansar las horas suficientes
Para nadie es un secreto que el descanso es un punto básico para la concentración. Por eso, dormir las horas suficientes proporciona la recuperación cerebral y cognitiva necesarias para poder rendir perfectamente al día siguiente.
Durante las horas de sueño, el cerebro realiza un “reseteado” de ciertas funciones, preparándolo para que al día siguiente se pueda procesar mucho mejor la información y los estímulos. Además, dormir ocho horas es también muy bueno para la memoria a largo plazo.
Mascar chicle
Según distintos estudios científicos masticar chicle ayuda a recordar información en el corto plazo.
Además, puede ser un elemento que permita una buena concentración en la tarea a realizar, sobre todo en exámenes y pruebas que precisen de nuestra memoria auditiva y visual.
Dibujar en clase
Este consejo es bastante contraintuitivo. Cuando se está asistiendo a una clase magistral o a una conferencia, es buena idea dibujar pequeños garabatos en un bloc de notas o cuaderno, según lo afirma un estudio publicado en la revista Time.
No es necesario dibujar figuras concretas, cualquier cosa vale. Esto logrará combatir el aburrimiento y retener mejor aquella información que dice el exponente o profesor.
Gestionar el estrés
Para que la mente pueda realizar una actividad cognitivamente demandante durante un rato, necesita gozar de un estado mental que no sea ni excesivamente relajado (que induciría al sueño y a la escasa retención de datos) ni excesivamente activo (en cuyo caso afecta el sistema nervioso, el cual no deja focalizar la mente en una sola tarea).
Dedicar solo por 30 o 40 minutos a una tarea específica y durante ese tiempo alejar la mente de cualquier otra cosa.
Acompañar las actividades con música relajante o con el género de música favorito, pero que no distraiga.
Apagar todo los aparatos y distractores. El móvil, la televisión y las redes sociales son verdaderos enemigos de la concentración, según el portal Mejor con Salud.
Algunos trucos para gestionar el estrés son tan simples como apretar fuerte el puño o una pelota antiestrés, durante un minuto. Este acto va a liberar tensiones por un buen rato.
Jugar al ajedrez
Según un estudio publicado en Science Direct, este juego exige una gran capacidad de concentración para analizar cada situación que se produce en el tablero, tomar decisiones acertadas y anticipar la mente a los movimientos del rival.
Es una actividad perfecta para desarrollar ambas capacidades, además de aumentar la habilidad para el razonamiento lógico y estratégico.
Evitar distracciones y encontrar un lugar adecuado
Se ha demostrado que el ruido ambiental afecta el rendimiento al realizar una tarea que requiere concentración (por ejemplo, un examen). Cuando menos ruidoso sea el entorno, más en forma estarán las habilidades cognitivas.
Si se quiere focalizar al 100 % en una tarea, es buena idea encontrar un espacio cómodo y sin distractores. Además, el portal Psicología y Mente destaca que la temperatura del espacio en cuestión no sea ni demasiado frío, ni demasiado caluroso. Sobre unos 20 ºC - 23 ºC es una temperatura en la que casi todos se sienten cómodos.
En cuanto al ruido, hay personas que pueden mantener la concentración estando expuestas a este, siempre que no sea muy fuerte y sea monótono, pero no es lo habitual.
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